En la entrada de hoy vamos a
hablar sobre el sector de los
videojuegos y el año 1983.
Posiblemente los más jóvenes ni siquiera sepan de que estamos hablando, pero
durante ese año se produjo un hecho que casi
acabaría con la que hasta el momento era la industria del entretenimiento más
importante y que a la postre finalizaría con Atari, la reina del sector, a punto de desaparecer.
1983: El año en que los videojuegos murieron
Ya en 1982 las ventas se habían congelado, algo que no presagiaba nada
bueno ya que hasta el momento no habían hecho más que crecer. Pero la cosa no
daba más de si ya que aprovechando el
éxito que estaban teniendo estas plataformas se crearon algunos de los videojuegos más infames de
todos los tiempos. Esto se unió a la tendencia
de los compradores, que ante tanta oferta de dudosa calidad dejaron de
adquirir estos cartuchos y se decidieron por otras opciones.
Todo esto junto hizo que al año
siguiente, en 1983, la mayoría de
las empresas del sector acabaran en bancarrota
y liquidaciones. Era el fin de la industria de los videojuegos… O al menos
eso parecía.
Atari 2600 y los peores juegos de la historia
Esta consola había roto todos los moldes y era en modelo
típico que los más afortunados tenían en sus casas. Sin embargo, ha tenido el
dudoso honor de recibir algunos de los peores juegos de la historia, como la
adaptación del Pac Man de las
recreativas o En busca del Arca perdida,
que se considera como el más terrible de todos. En el documental de Game Over podemos descubrir que era
verdad esa leyenda urbana que nos contaban: miles de palets llenos de estos
juegos habían sido enterrados en el
desierto o acabaron en los basureros.
1983 no supuso la muerte de
los videojuegos pero sí un cambio
profundo en la industria que llega hasta el día de hoy.
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