En los tiempos que nos ha tocado
vivir la invasión de la privacidad ha llegado a unos niveles que ni el más
pesimista pensador orwelliano podría haber imaginado. En este sentido, hemos
creado programas informáticos que son capaces de reconocer un rostro concreto entre la multitud que abarrota una
calle. También existe el software que
garantiza que la persona que está usando un servicio, como por ejemplo el
cajero de un banco, sea en realidad
quien dice ser.
La biometría al cargo de la seguridad
Aunque todavía están supervisadas
por operarios humanos, las máquinas de reconocimiento de caras ya están funcionando en varios aeropuertos
de Estados Unidos para verificar la identidad de sus pasajeros. Su forma de funcionar es muy simple,
similar al de un cajero automático, indicando en la pantalla todos los pasos a
seguir.
Primero hay que pasar el chip que está incluido en el pasaporte
por el lector que en cuestión de segundos comprobará que todos los datos personales indicados son correctos.
Una vez hecho esto hay que pasar delante de la cámara y mostrar nuestro mejor
lado para efectuar la foto.
Casi de manera instantánea el
sistema compara los datos de la foto en relación
con los facilitados por el pasaporte y decide si hay suficientes
coincidencias entre ambas. Y por último, imprime
un documento que el viajero deberá entregar en el siguiente punto de
control policial.
Este sistema se encuentra
actualmente en fase de pruebas por lo que no se han eliminado por el momento el
resto de trámites engorrosos que nos hacen perder mucho tiempo en el
aeropuerto. No obstante, cuando esta tecnología esté firmemente implantada se agilizará todo este proceso de
identificación de los pasajeros, acabando con uno de los mayores problemas
de seguridad que es la suplantación de
identidad y la emisión de documentos falsos.
Sigue leyendo un nuevo post en TecnoGeek: Análisis del Sony Xperia Z5 Premium
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